viernes, 17 de agosto de 2012

Un libro que ahora está y ha sido expuesto en galerias



















Páfata: un palo por la cara a la violencia
Sábado, 11/08/2012 15:44 PM
Por Miguel Carrandi en la sección








Cultura
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En ocasiones, la violencia es asociada solo con la agresión física, pero ciertamente esta categoría va mucho más allá de esa simple definición. A veces somos víctimas de una hostilidad menos explícita, pero igual de nociva y denigrante.
Recientemente se inauguró en la sede de la Residencia Estudiantil de Escuelas de Arte, ubicada en Zanja, esquina a Aramburu, una exposición que muestra parte de la obra de 36 creadores capitalinos.
Bajo el título de Páfata, se mantendrá abierta al público de lunes a viernes, entre 10:00 a.m. y 5:00 p.m. durante todo el mes de agosto.
En esta oportunidad 18 artistas de la plástica conjugaron su firma con igual número de escritores para dar forma a una nueva denuncia contra la violencia y sus diversas manifestaciones.
Anteriormente, insertada en el proyecto cultural Trillos Urbanos, que dirige el canta-autor Gerardo Alfonso, esta exhibición fue acogida en los meses de junio y julio en la Casa de la Poesía.
Los protagonistas principales de la iniciativa son Punto de Giro, un grupo de escritores de la capital reunidos para, de manera individual y colectiva, trabajar la creación dramático-narrativa de ficción, y el Proyecto Taller de Grabado, exponentes de las artes plásticas, también de La Habana, reunidos en un taller de formación artística, quienes se encargaron de las ilustraciones originales.
Los textos y las imágenes que componen la muestra conformarán un libro que se publicará próximamente por la editorial extramuros. El crimen sexual, la agresión verbal o psicológica y el abuso doméstico, son algunas de las realidades mostradas en un compendio donde oraciones y pinceladas se unen en un solo reclamo: un mundo libre de violencia.

 Nota: El trabajo anterior fue publicado en el Tribuna de La Habana (Internet), el 11 de agosto del 2012, por el periodista Miguel Carrandi. A continuación agregamos una secuencia fotográfica que muestra el desarrollo de la inauguración de la exposición.
Los textos, en los pie de fotografías son de Felo, mientras que las fotos las realizó Carmen Hernández Abreu 




Felo explica el origen del proyecto Páfata:   la idea de escribir sobre la violencia, y de como la recibieron,  los escritores, y los artistas de la plástica encabezados por Luis Lamothe




Alina, una de las autoras, explica cuanto la motivó el proyecto, y como surgieron, su cuento "A través de la ventana", y sus personajes


El público bien atento a todo lo que se dice




La música también presente, en la voz y estilo de Lázaro Núñez


Así se pueden apreciar, tanto el texto,  como la obra gráfica







Mientras unos trabajan, otros solo quieren llevar un recuerdo a casa





















sábado, 28 de julio de 2012

Trillos literarios y urbanos en la Casa de la Poesía



                                                                                   Ernesto Cuní, 03 de julio de 2012

Se introduce en la Casa de la Poesía la propuesta del libro «Páfata», selección de minicuentos, que verá la luz bajo el sello de la Editorial Extramuros, como parte del programa La Casa Abierta ─inscrito en el proyecto Trillos Urbanos, dirigido por el cantautor Gerardo Alfonso─ que desarrolla el centro para celebrar los 15 años de su creación. «Páfata», sonido onomatopéyico, trasluce el impacto de la sociedad cubana actual en las más disímiles aristas de su existencia. Los comentarios estuvieron a cargo del escritor y periodista Félix García Acosta (Felo), coordinador del grupo literario Punto de Giro, que integran los autores de estas 18 narraciones cortas. Los relatos, acompañados de ilustraciones creadas por artistas plásticos de la capital ─con Luis Lamothe a la cabeza─, conforman una muestra transitoria en la galería de la institución. Varios de los escritores leyeron sus textos que giran alrededor de la resistencia, temática sobre la que el proyecto Trillos Urbanos realiza un trabajo interesante. El nombre viene dado por el interés de ese colectivo de incidir en la ciudad, implicando y sensibilizando a sus residentes con los valores culturales y sociales del entorno citadino. También se intenta vindicar el papel de las manifestaciones artísticas y recobrar el espacio que las mismas ameritan entre la población. El encuentro literario se enriqueció con una lectura realizada por los poetas: Zurelys López Amaya, el también editor y narrador Daniel Díaz Mantilla y Word Affibola, de Spoken Word –un subgénero poético del rap que viene cobrando fuerza en el país─, quien impresionó por la fuerza de su movimiento escénico y la sugerencia de sus escritos. No faltaron las interpretaciones de los trovadores Ángel Quintero, Richard Gómez y Erick Méndez, para deleite del público. Cerraron la actuación musical Gerardo Alfonso y su renovada banda, quienes no se hicieron esperar con el clásico de su repertorio «Sábanas blancas», que se incluye en el registro más popular de la trova cubana.



miércoles, 27 de junio de 2012

Si no está en la Avellaneda…

Con los pies bien plantados en el Centro de mi Habana, y los pisos –otrora fastuosos-, de sus amplísimos portales, ya bien gastados -desde los remotos tiempos de mis primeros pasos, o los de mis abuelos-, por el ir y venir constante de millones de pies a lo largo de tantos años. Sus paredes y columnas, decoradas por el hollín de siglos, el paso de los ciclones, vendavales, e historia y muy al pesar –por suerte- de algunos espacios, decorados con coloretes sin fijador, y cristales baratos, que no han logrado, amén del triste esfuerzo y el mal gusto, reducir su soberana altivez y prestancia, disfrazándola de moda y comercio, está la calle Reina, también Padre Varela. La misma que aparece en los constantes sueños de cualquiera de los chicos que la recorrimos a diario desde Carlos III hasta Galiano, venidos de la Mario Muñoz, la William, la Martí, la Galarraga, el pre de La Habana, y muchas de las otras escuelas de nuestros barrios, para llegar a un sitio bien pequeño, tan humilde en apariencia, como en apariencia humilde es su función: la librería Avellaneda, la Canelo –libros raros y de uso-, visita obligada no solo de estudiantes, maestros, y profesores, por mucho tiempo, en busca del libro bueno y barato que, de seguro, no aparecería en ningún otro lugar. Una librería que, se calcula, tiene alrededor de 162 años. “En el año 2006 -explica Guillermo Lima, el actual administrador-, se publicó un artículo con el título Si no lo tiene Canelo..., donde se cuenta la historia de la librería y su fundador, un gallego que recorrió diferentes lugares de la ciudad -por allá por el año 1844-, con el negocio de venta de libros, hasta finalmente radicarse aquí. “Durante mucho tiempo -continúa Guillermo-, las genialidades de Canelo, se dice que fueron recordadas por tradición de padres a hijos y se habló mucho de su memoria, por ejemplo, cuentan que un vivo podía llegar apurado con un libro en la mano y preguntar, cuánto me das por esto, Canelo. Y él, sin inmutarse, y hasta con una sonrisa, respondía: Coge dos pesetas y pon el libro en donde lo cogiste. Que no había quien le engañara, y que conocía hasta el más sencillo de los folletos de su librería. “Actualmente somos cinco quienes trabajadores aquí. Las libreras Adela Atala, Mercedes Herrera y Mayra Gómez; el comprador, Lázaro Pitaluga, y yo; todos enamorados de los libros.” Conversamos también con Mayra Gómez, traductora, graduada de Información Científica y Bibliotecología, y con muchos años de experiencia en este trabajo.“Yo amo el libro” –dice-, y ante nuestra pregunta de cuál es la diferencia que ve entre este tipo de establecimiento, y las librerías de nuevo, responde orgullosa: “La diferencia es grande, las posibilidades para el público de todo tipo son mucho mayores. Aquí se puede encontrar cualquier cosa, y más económico”. “La Avellaneda tiene la ventaja, quizás, de su ubicación, pero me parece que también de su historia. Como puedes ver, los lectores nos visitan bastante; y a veces creo, no hay nadie en La Habana, que le gusten los libros, y no la conozca”. Viéndolos moverse por el lugar, y comunicarse con el público, me convencí, una vez más, de lo que dice mi amigo Gustavo: “el librero, además de portador de cultura y estar preparado académicamente, debe ser un lector voraz, buen comunicador, y poseer un conocimiento amplio, más allá de la historia de la literatura y sus clásicos. También tiene que gustarle lo que hace, y sentir placer a la hora de vender un libro”, como muy bien lo hacen todos allí.

viernes, 22 de junio de 2012

La gente y las acciones de Las herramientas


           






Galería de fotos que muestra a algunos de los escritores de Punto de Giro, su trabajo y algunas de las  actividades que realizan que realizan de conjunto.



En las aulas, hombres y mujeres, creadores de todas las edades y las profesiones más diversas

Comparten conocimientos y sueños
Después, una foto en el patio, sin que  un yeso o fractura, sea impedimento

Otra foto, y otro grupo, claro


Y, en las fechas trascendentes, se comparten además música, risas, y hasta un brindis


Igual otro grupo, y otra fiesta 

Cualquier otro amigo como Sergito Cevedo, llega y comparte con todos


Aunque, hay momentos, en que puede parecer que, eso de escribir no es tan fácil como se pensaba pero...

Para luego, defender su obra como el mejor
Tampoco es el único que defiende lo suyo. Vayan aquí más ejemplos
                                        
III

IV

V

VI


VII

                                   
VIII
                                    

   
XIX, y hay más, créanmelo
A la hora de los reconocimientos...


Todos felices

Mientras, en eventos públicos

Aunque  Felo haga muecas

Casi somos un tumulto literario, y continuamos recibiendo amigos como Carlos Lovaina


En el Parque Central
                                    


Y a Felo le da por hacerse el fotógrafo

Para guardar estos lindos momentos, y después compartir con ustedes esta breve muestra




miércoles, 6 de junio de 2012

Día del Bibliotecario en Cuba


 










  
           Por guardar y organizar la memoria de todos
                                       
                                Félix García Acosta  (Felo)

Las bibliotecas no son solo esos amplios salones, muy bien iluminados, limpios, y cargados de un silencio tierno que invitan a la meditación y el estudio; ni sus trabajadores, esas personas siempre atentas, que velan, sobre todo,  por que de entre cualquier posible grupo de concurrentes, no se levante una voz por encima de las  otras hasta romper el ambiente “sagrado” de esas instituciones y pueda afectar a los demás usuarios.





El oficio del bibliotecario viene desde el origen mismo del libro como producto cultural y medio de comunicación, es su guardián; es además, o debe ser, y con la misma fuerza e importancia, organizador, proveedor, facilitador, y profundo conocedor de sus contenidos; personas capaces de poder trabajar en bibliotecas públicas, escolares, especiales para ciegos y sordos, o en especializadas, como la de un Instituto de Investigación,  en la interna de una empresa,  las parlamentarias, y en las Nacionales.
Un ejemplo bien clásico del constante accionar, de ellas y ellos, es el de la emblemática Biblioteca Nacional José Martí -rectora en Cuba del sistema, con más de cuatrocientas once bibliotecas públicas-, encargada de la adquisición, conservación y divulgación de las obras del patrimonio bibliográfico de la Isla. Compila las obras escritas, publicadas o no, y todo tipo de documentos resultantes de la creación artística o de la investigación histórica, científica, la recreación, el deporte, la información general y específica sobre los aspectos de la vida del país, así como los personajes y hechos que de una forma u otra han contribuido a formar rasgos esenciales de la nacionalidad.
Antonio Bachiller y Morales  -reconocido periodista, historiador y abogado-, nació en La Habana, el 7 de junio de 1812.  Por su inmensa erudición y el alcance y la extensión de su obra, logró ser considerado por muchos de sus contemporáneos un patriarca de las letras, y por Martí, “el caballero cubano”. En homenaje a su figura, se declaró y celebra –desde 1950- la fecha de su nacimiento, en todo el territorio nacional, como el  Día del Bibliotecario Cubano.
Cada celebración anual de la efeméride se dedica a reconocer a los trabajadores más destacados del sector con  el sello Antonio Bachiller y Morales, su más alta distinción, y los Premios Nacionales de la Asociación. En esta oportunidad, y coincidiendo con el bicentenario del nacimiento del Patricio, la Jornada se extenderá del 4 al 9 de junio, en coordinación con la Oficina del Historiador de la Ciudad. 



Festival Internacional de poesía





                
             Se desbordó La Habana de poesía
                           Félix García Acosta   (Felo)
                           Fotos: Santiago Rodríguez

Ciento noventa y seis, de treinta y dos países, fueron los poetas que se reunieron en La Habana para compartir su arte en el 16 Festival Internacional de Poesía, 2012, un espacio de debates, diálogos, e intercambios,  dedicado, en esta oportunidad, a las culturas del Caribe, conmemorar el bicentenario del asesinato de José Antonio Aponte, y celebrar los primeros cien años del natalicio de Virgilio Piñera. 
La poesía llegó a todas partes: fábricas y otros centros laborales, calles y parques, además de reconocidas instituciones culturales, fueron los activos protagonistas de la fiesta que, también, se extendió a otras provincias.
El viernes 25 se disfrutó de  un exposición y venta de libros –yo diría que masiva-, a las diez de la mañana, en una carpa en el parque Fe del valle, diez  puntos de ventas con mesas y sombrillas por todo el bulevar de San Rafael, y dos carpas en el Parque Central, que se mantuvieron durante el día.
La habitual Tertulia Cantidades rosadas de ventanas, con el Premio Nacional de Literatura César López como anfitrión, y  una muestra fotográfica de Cynthia Grandini, recibió ese día -en su sede del Centro Cultural Habana, en San Rafael entre Águila y Galiano- al poeta chileno  Omar Lara.
El sábado 26, todo comenzó a la misma hora matinal, con un acto homenaje al Héroe Nacional de Cuba, José Martí, frente al monumento que perpetúa su memoria  en el Parque Central, continuaron los puntos de ventas y sombrillas por todo el citado bulevar, y las carpas en el propio parque.
Asimismo, en esa ocasión, la sala Villena de la Unión de Escritores y Artistas de Cuaba (UNEAC) fue sede de las presentaciones de los títulos: Cubanías, de Tito Alvarado y Raquel Catalán; Asalto al cielo, de Tito Alvarado; No me cures que me matas, de Roberto Palomino; A la sombra de la muerte, Alejandro Mújica; Herencia para las futuras generaciones (antología); Desde los ausoles de la patria mía y La querencia en la montaña, de Santiago Vázquez; y Surgente, de Raúl Jauzat.
Y hubo, lectura de poemas, en el parque Fe del Valle y el Bulevar de San Rafael; espectáculo teatral infantil, en el Cinecito; Poesía amatoria, en el Café bar El Toldito; Poesía en Altavoz, en el Parque Central; Tarde de México, en el Centro Cultural Habana; Proyecto Imagen 3, en el Paseo del Prado; un homenaje a Antonio Maceo, con lectura de poemas, en la Acera del Louvre...
Para terminar luego, a toda máquina, con el Cabildo de los Poetas de La Habana, una acción en homenaje a José Antonio Aponte -negro libre que lideró la primera conspiración nacional de carácter independentista en la Isla, en 1812-, a partir de las cinco de la tarde en el Parque Central, con una nutrida concurrencia. Nada que, nuevamente, La Habana se llenó de poesía de la buena.






sábado, 26 de mayo de 2012

La opinión de Felo




Sí, Aquí estamos
Por: Félix García Acosta "Felo" 
Fecha: 2010-11-11 Fuente: Tribuna Digital

 
 
 
  
Sí, Aquí estamos


Una Acción Básica lo recorre todo con el archiconocido triángulo amoroso donde esta vez Pedro es la presa codiciada, mientras Susana y Estrella luchan por él; luego, un grupo de otras acciones: Shidalta-Cecilia, Yoyi-Mariana, Raquelita-Haydée…, se van a subordinar a la primera para trenzarse en apretado punto.El problema está en quién se queda con “el muchacho”, cómo los demás van a arreglar su vida, y se acabó la novela.
Pero no es tan fácil: ¿Quiénes son toda esta gente? ¿Dónde viven? ¿Cómo se relacionan entre sí? ¿Cuáles son sus problemas…? y el número de interrogantes a responder puede llegar al infinito.
En Aquí estamos, son un grupo de jóvenes y sus familias que viven en Cuba, ahora mismo, se relacionan a través de un colectivo de aficionados al teatro y sus problemas…, bueno, sus problemas son tantos como los de cualquiera.
Personajes perfectos, sin conflictos ni necesidades o errores, serían demasiado lineales, predecibles y aburridos, por suerte, en nuestra sociedad abundan poco. Chicos como los presentados en la novela, existen y, nos guste o no, están aquí, con nosotros,  nuestro deber entonces es reconocerlo sencillamente y me parece correcto asumirlos. La manera de hablar de los personajes, solo refleja o nos muestra cómo lo hacen ellos en la realidad.
 Las actuaciones, salvo leves imprecisiones y alguna que otra por debajo de la media, me parecieron muy buenas: qué decir de Shidalta, Paula, Cecilia y Adonis; de los siempre irrepetibles Alina, Faustino –muy grande en su interpretación del ex recluso–, María Teresa Pina y Enrique Molina; Enriquito Bueno, de probado talento, logra demostrar cómo se hacen las cosas, en escenas frente a Denis que tampoco perdió espacio, y “la flaca” Liset, magnífica. El colectivo en general muy digno.
Los personajes muertos con sus visitas a la abuela, me parecen una solución inteligente para evitar reiteradas escenas retrospectivas o interminables, y los necesarios monólogos de Luz.
El tratamiento de la bisexualidad, muy respetuoso, mostró también otra arista real, la heterofobia de Haydée, y solo me parece que falla en la escena de Adonis y Raquelita; no es creíble que alguien, en el comienzo, cuando “todo parece color de rosas”, suelte esa “descarga fula”, como diría Paula, se vio como un parche colocado a la fuerza que bien pudo resolverse con la muchacha hablando a un confidente, la madre de ella por ejemplo.
La Acción Básica de que hablaba al comienzo, se me pierde durante mucho tiempo –todo el que Susana estuvo en España– y aunque ella regresa dispuesta a recuperar lo suyo a cualquier precio, el conflicto no se muestra real y pierde fuerza. El público no se identifica con el personaje.
El clímax y la solución trágica de Carlos, muy a pesar de que el personaje lleva en sí implícita la tragedia (no logra salir del círculo vicioso en el que lo coloca su condición de ex recluso), a un amigo le recuerda a Andoba, y bien pudo evitarse. Tampoco estoy de acuerdo con lo dicho por Rafael Cheito González, uno de los directores, cuando plantea que es imposible adecuar, en el trabajo de edición, el final de los capítulos de acuerdo con el guión original. Es algo que conspira grandemente con la dramaturgia de la historia y el resultado del producto, junto a los vicios como dejar todas las soluciones para el capítulo final.
La Quijotización de Denis, perdón, la escena en que se invierten las maneras de pensar entre él y Pedro, me parece que funciona aunque algunos queden defraudados por la actitud  casi oportunista de Pedro (ahora Susana tiene dinero), y para nada consecuente con su caracterización anterior.
De cualquier manera, felicidades a todo el que tuvo algo que ver con la entrega; que vengan otras, y Aquí estamos.