Fecha: 2010-11-11 Fuente: Tribuna Digital
El
propósito de entrevistar a un entrevistador –alguien con conceptos
precisos que ha hecho periodismo y además resulta bien conocido por su
defensa del testimonio- se me antoja harto difícil, más cuando el tema
nos apasiona a ambos y el espacio es bastante limitado. Sin embargo, al
llegar al Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau y encontrarme
sentado frente a su director, Víctor Casaus, comprendí, desde las
primeras palabras, que aquello me iba a resultar algo así como recibir
una conferencia.
“Todo comenzó con Truman Capote, que cuando tuvo la posibilidad de conocer a dos jóvenes culpables de un horrendo asesinato, intimó y comenzó a preocuparse por ellos. Era una posibilidad pública muy especial, lo comprendió así y primero la dio a conocer en Amistad, y luego con la novela A sangre fría.
“Con el testimonio se logra un análisis de la realidad a través de datos concretos; a partir de él podemos mostrar los rasgos de nuestra época. También muestra la capacidad del autor de, a partir de los elementos con que cuenta, reelaborar, escribir; crear un hecho nuevo en el que es posible reproducir, no mecánicamente, y aportarle otros recursos de la narrativa y el cine.
“Se debaten mucho las posibles licencias que tiene un escritor de testimonios sobre los acontecimientos que narra. Creo que no se deben reducir las potencialidades del autor y sí reivindicar sus capacidades de crear. La desaparición de las fronteras de géneros, con la intertextualidad, se intensifica desde finales del siglo pasado.
“Esas perdidas de fronteras las considero buenas porque engrandecen. Es muy importante la relación; los audiovisuales, el cine y el documental en particular influyen en la narrativa escrita y el testimonio. Todas se complementan. El montaje de Girón…, por ejemplo, es del cine; en él hay fotos, entrevistas, textos de prensa, citas de otros libros, poemas, y hasta dibujos infantiles pueden haber.
“Mi libro de cuentos Sobre la Marcha, nace de la investigación para el libro de testimonios Girón en la memoria y de mis propias vivencias como miliciano. Algo que marcó mi vida. Va desde la escuela militar hasta Girón; pero, en ocasiones los personajes resultan comunes y no me sentí tanto un autor de ficción, por eso no lo hice más y defendí el derecho a no hacerlo.
“Cierta vez un amigo escritor de la época me dijo que todo eso estaba muy bueno y que ya solo me faltaba escribir la novela. Yo pensé que la novela no era un género superior ni inferior a otro y que no hacía falta, ya estaba escrito el testimonio”.
Víctor Casaus, nacido en La Habana en 1944, es poeta, cineasta, narrador y periodista. Licenciado en Lengua y Literatura Hispánicas en la Universidad de La Habana. Pertenece a la generación de poetas que se dan a conocer a mediados de la década de los sesenta del pasado siglo desde las páginas del Caimán Barbudo. Ha publicado una obra importante tanto en Cuba como en el extranjero y ha participado en guiones cinematográficos tan importantes y reconocidos como El hombre de Maisinicú, Río Negro, y otros. Actualmente se mantiene creando y rescatando todo lo creado.
“Haber leído, desde muy joven, a Pablo de la Torriente, me aportó mucho. Yo me dije, así también se puede ser revolucionario. Luego vino el periodismo y El Caimán Barbudo que me dieron la oportunidad de escribir desde la Revolución, una de las mejores cosas que me han ocurrido”.
“Todo comenzó con Truman Capote, que cuando tuvo la posibilidad de conocer a dos jóvenes culpables de un horrendo asesinato, intimó y comenzó a preocuparse por ellos. Era una posibilidad pública muy especial, lo comprendió así y primero la dio a conocer en Amistad, y luego con la novela A sangre fría.
“Con el testimonio se logra un análisis de la realidad a través de datos concretos; a partir de él podemos mostrar los rasgos de nuestra época. También muestra la capacidad del autor de, a partir de los elementos con que cuenta, reelaborar, escribir; crear un hecho nuevo en el que es posible reproducir, no mecánicamente, y aportarle otros recursos de la narrativa y el cine.
“Se debaten mucho las posibles licencias que tiene un escritor de testimonios sobre los acontecimientos que narra. Creo que no se deben reducir las potencialidades del autor y sí reivindicar sus capacidades de crear. La desaparición de las fronteras de géneros, con la intertextualidad, se intensifica desde finales del siglo pasado.
“Esas perdidas de fronteras las considero buenas porque engrandecen. Es muy importante la relación; los audiovisuales, el cine y el documental en particular influyen en la narrativa escrita y el testimonio. Todas se complementan. El montaje de Girón…, por ejemplo, es del cine; en él hay fotos, entrevistas, textos de prensa, citas de otros libros, poemas, y hasta dibujos infantiles pueden haber.
“Mi libro de cuentos Sobre la Marcha, nace de la investigación para el libro de testimonios Girón en la memoria y de mis propias vivencias como miliciano. Algo que marcó mi vida. Va desde la escuela militar hasta Girón; pero, en ocasiones los personajes resultan comunes y no me sentí tanto un autor de ficción, por eso no lo hice más y defendí el derecho a no hacerlo.
“Cierta vez un amigo escritor de la época me dijo que todo eso estaba muy bueno y que ya solo me faltaba escribir la novela. Yo pensé que la novela no era un género superior ni inferior a otro y que no hacía falta, ya estaba escrito el testimonio”.
Víctor Casaus, nacido en La Habana en 1944, es poeta, cineasta, narrador y periodista. Licenciado en Lengua y Literatura Hispánicas en la Universidad de La Habana. Pertenece a la generación de poetas que se dan a conocer a mediados de la década de los sesenta del pasado siglo desde las páginas del Caimán Barbudo. Ha publicado una obra importante tanto en Cuba como en el extranjero y ha participado en guiones cinematográficos tan importantes y reconocidos como El hombre de Maisinicú, Río Negro, y otros. Actualmente se mantiene creando y rescatando todo lo creado.
“Haber leído, desde muy joven, a Pablo de la Torriente, me aportó mucho. Yo me dije, así también se puede ser revolucionario. Luego vino el periodismo y El Caimán Barbudo que me dieron la oportunidad de escribir desde la Revolución, una de las mejores cosas que me han ocurrido”.
Temática: Cultura General
Publicado en Cubarte el Sabado, 26 de Mayo, 2012
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